Entre cada una de estas pinturas hay aproximadamente 3 meses de distancia. El primero es un retrato que intenté sobre un lienzo reciclado de 11 por 14 pulgadas, y el segundo es un estudio de 8 por 10 pulgadas basado en una foto que tomé a mediados del verano, y pinté sobre un panel de cartón. En este post, me gustaría discernir las cosas que hice en cada pintura, lo que las separa entre si y hacia dónde me gustaría ir a continuación en mi proceso de pintura.
El Selfie de Monika
El primero de mis errores con esta pintura es que no invertí suficiente tiempo en la etapa de dibujo. Además de tener un mejor sentido de la estructura, haber dibujado el retrato por más tiempo me hubiera llevado a aventurarme con una composición más dinámica y no solo hubiera replicado lo que vi en un archivo JPG. Cuando intentas hacer una pintura representativa, ¡apresurarte sin disección difícilmente te lleva a ninguna parte!
De la pintura, una de las cosas que más disfruto es el poder experimentar con texturas. Las pinceladas intencionales conllevan una sensación de energía y seguridad que hacen que la pintura sea algo más especial. Pero, mirando en retrospectiva, es complicado evitar pensar en cuánto un toque lija sobre el lienzo reciclado habría podido darme una mejor superficie para pintar. A mi parecer, los trazos en la parte inferior del lienzo distraen mucho y muestran descuido más que confianza.
Por último, desearía haber prestado más atención a los tonos fríos mientras pintaba porque eso me habría dado un mejor contraste y una transición entre planos más orgánica.
Entonces, ¿qué me gusta de esta pintura? Veamos. ¡Me gusta que pude pintarla!, el solo hecho de pintar hace que lo que hagas, independientemente de que sea correcto o no, valga la pena. También me gusta la expresión de su ojo izquierdo. Me parece que hay algo bastante humano en ello que va más allá de la técnica.
Natasha junto al lago
Cuando comencé a trabajar en este pequeño panel, estaba absorto viendo demostraciones de pintura en YouTube, y los que más me impresionaron fueron algunos clips antiguos con Tom Keating que alguien publicó en donde el intentaba replicar los estilos de pintura de viejos maestros como Tiziano y Rembrandt. Me cautivó el modo en que especulaba cómo alguna pintura pudo haber sido hecha mientras el hacia marcas sueltas con su pincel. Dicho esto, siempre tendré un gran respeto por los grandes maestros, pero cuando tienes acceso a ese tipo de información, realmente te libera del miedo a fallar porque entonces entiendes que los viejos maestros también eran personas que al igual que yo, buscaban formas de controlar su oficio.
Al contrario de la primera pintura en esta publicación, hice un dibujo algo cuidadoso como ejercicio de calentamiento antes de comenzar a pintar, y luego hice una transferencia a la superficie usando grafito antes de sellarlo para preservar el dibujo tanto como fuera posible. Mientras reflexiono sobre eso, caigo en cuenta en que tengo la tendencia evadir una planificación cuidadosa, que sin embargo, es inevitable que sea importante si deseo mantener las cosas en orden a medida que avanzo en la pintura.
Para mí, cualquier intento creativo siempre está predispuesto a ser influenciado, por lo que extraer de otros artistas es algo que veo como algo natural. Mientras sigo interesado en hacer pinturas, continuaré explorando cómo otros pintores han aprendido a resolver los acertijos con los que estoy lidiando actualmente.